viernes, 18 de noviembre de 2011

Nothingman
Pearl Jam

Once divided...nothing left to subtract...
Some words when spoken...can't be taken back...
Walks on his own...with thoughts he can't help thinking...
Future's above...but in the past, he's slow and sinking...
Caught a bolt 'a lightnin'...cursed the day he let it go...

Nothingman...
Nothingman...
Isn't it something?
Nothingman...

She once believed...in every story he had to tell...
One day she stiffened...took the other side...
Empty stares...from each corner of a shared prison cell...
One just escapes...one's left inside the well...
And he who forgets...will be destined to remember...

Nothingman...
Nothingman...
Isn't it something?
Nothingman...

Oh, she don't want him...
Oh, she won't feed him...after he's flown away...
Oh, into the sun...ah, into the sun...
Burn...burn...
Nothingman...
Nothingman...
Isn't it something?
Nothingman...
Nothingman...
Coulda' been something...
Nothingman...

jueves, 3 de noviembre de 2011

De la película “If only” (Antes que termine el día):
(Jennifer Love Hewitt - Paul Nicholls)

[…]

Samantha Andrews: ¿What?

Ian Wyndham: I love you.
S: Ooh I love you too.
I: I wanna tell you why I love you.
S: It's... It's raining, you know that right.

I: I have to tell you this and you need to hear it. I loved you since I met you, but I wouldn't allow myself to truly feel it until today. I was always thinking ahead, making decisions soaked with fear... Today, because of you... what I learned from you; every choice I made was different and my life has completely changed... and I've learned that if you do that, then you're living your life fully... it doesn't matter if you have five minutes or fifty years. Samantha if not for today, if not for you I would never have known love at all... So thank you for being the person who taught me to love... and to be love.

S: I don't know what to say.
I: You don't have to say anything... I just wanted to tell you.

S: Thank you… Go home…you comming?
I: Of course.

----------------------------------------------------------------

[…]

Samantha Andrews: ¿Qué?

Ian Wyndham: Te amo.
S: Ooh Yo también te amo.
I: Quiero decirte por qué te amo.
S: Está lloviendo. Ya te diste cuenta, ¿verdad?

I: Tengo que decirte esto y tú necesitas oírlo. Te he amado desde que te conocí… pero no me había permitido sentirlo realmente hasta hoy. Siempre pensaba en el futuro. Tomaba decisiones por miedo. Hoy… gracias a lo que he aprendido de ti… cada cosa que he elegido fue diferente… y mi vida ha cambiado completamente. Y he aprendido… que si haces eso, estarás viviendo tu vida al máximo. No importa si tienes cinco minutos o cincuenta años. Samantha, si no fuera por hoy, si no fuera por ti… nunca hubiera conocido el amor. Así que, gracias por ser la persona que me enseñó a amar. Y a ser amado.

S: No sé qué decir.
I: No tienes que decir nada… Sólo quería decírtelo.

S: Gracias… Vámonos a casa… ¿Vienes?
I: Claro.

sábado, 29 de octubre de 2011

Del libro “Veinte poemas de amor y una canción desesperada”
Pablo Neruda

20

“Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: “La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos”.

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.”

martes, 27 de julio de 2010

Del cuento “El hundido”
Francisca Echeverría

“Sacó su red y sus botas, la besó en la mejilla diciendo: “hoy llego tarde”, como era de costumbre. Salió de su pobre casa sin mirar atrás.

Después de caminar, cerro abajo, llegó a la playa; quería descansar; el sueño no le alcanzaba por las noches. Había tanto con que cumplir, ser jefe de familia le asustaba.

Quedaba tanto que vivir, pero sin embargo, no estaba entusiasmado. En su cara se notaba el paso de los años fuertemente; ya era bastante viejo, el tiempo carcomía su piel.

Subió al bote casi automáticamente. Remó mar adentro, sintiendo un vacío entristecedor, se veía a sí mismo en un laberinto sin fin. No recordaba la última vez que se divirtió o tomó un tiempo para él. “El tiempo es un lujo”, pensaba.

Sus brazos y piernas se sentían pesados. Veía nublado, mientras sentía su cabeza palpitar. Parecía que había chocado con algo. Estaba adolorido.

Repentinamente se vio acorralado por viejos recuerdos; épocas simples, sin mayores problemas. “Con pocas monedas se podía pasar el día”, musitaba. Pero ya no era ese; absorbido por la rutina o tal vez en sí.

Se asomó en sus pensamientos la imagen de sus hijos; nunca los veía; aunque los quería, no los conocía; nunca estaba en casa. Ahora pensaba en llegar a su hogar y hablarles.

Empezó a notar el frío en su estómago, el cansancio de sus brazos.

Recordó su niñez, su madre, su padre; nunca les había dado las gracias, o siquiera tratar de hablarles de nuevo después de ese día; cuando decidió, sin preguntarle a nadie, salir de casa, casarse, comenzar su propia vida.
Se hundía poco a poco en sí mismo, en su mar.

Mañana llegaría temprano a su casa.

Recordó a su mujer, no había captado hasta ese momento que la ignoraba día a día. Pretendía cocinar para ella cuando llegara.

Trató de abrir los ojos una vez más, quería reír, pero no podía, quería llorar, pero no podía.

Todo le parecía un sueño, hasta sentir cómo sus pulmones se iban cerrando a la vida, doliéndole hasta el alma.

Ya no estaba más ahí.”

lunes, 19 de julio de 2010

De la canción “If 6 was 9”
Jimi Hendrix

(Yeah)
(Sing a song, bro’)
If the sun refused to shine,
I don't mind, I don't mind.
(Yeah)
If the mountains fell in the sea,
Let it be, it ain't me.
Got my own world to look through
And I ain't gonna copy you.

Now, if 6 turned out to be 9,
I don't mind, I don't mind.
If all the hippies cut off all their hair,
I don't care, I don't care.
Dig, 'cause I got my own world to live through
And I ain't gonna copy you.

White collar conservatives flashing down the street
Pointing their plastic finger at me.
They're hoping soon my kind will drop and die,
But I'm gonna wave my freak flag high, high!

Wave on, wave on

Fall mountains, just don't fall on me
Go ahead on mister business man, [1]
You can't dress like me.

Nobody knows what I'm talking now [1]
Come on, life to live
I'm the one that's gonna have to die
when it's time for me to die
So let me live my life the way I want to [1]

(Yeah)
Sing on brother, play on drummer.

----------------------------------------------------------------


Si 6 fuera 9

(Yeah)
(Canta una canción, hermano)
Si el sol rehúsa brillar
no me importa, no me importa.
(Yeah)
Si las montañas caen al mar,
déjalo estar, no es asunto mío.
Tengo un mundo propio al que asomarme
y no voy a imitarte.

Ahora, si 6 resultara ser 9,
no me importa, no me importa.
Si todos los hippies se cortan el pelo,
no me preocupa, no me preocupa.
Atiende, porque tengo un mundo propio para vivirlo
y no voy a imitarte.

Conservadores de cuello blanco desfilan por la calle
señalándome con un dedo de plástico.
Esperan que pronto mi clase caiga y muera,
pero yo voy a ondear mi peculiar bandera bien alta, ¡alta!

Ondea, ondea.

Caigan las montañas, que no caen sobre mí.
Sigue adelante, señor hombre de negocios,
no puedes vestir como yo.

Nadie sabe de qué hablo ahora.
Vamos, vida para vivir.
Soy el que va a morir
cuando me llegue la hora
así que dejad que viva mi vida como quiero

(Yeah)
Canta hermano, toca la batería.



[1] Hay divergencias en las publicaciones de esta letra: unos dicen “Go ahead on mister business man”, otros “Point on mister business man”; unos dicen “Nobody knows what I'm talking now”, otros “Nobody knows what I'm talking about”; unos dicen “So let me live my life the way I want to”, otros “So let me live my life, do you want to?”.

martes, 9 de diciembre de 2008

Del poema “Altazor”
Vicente Huidobro

Canto I

Altazor ¿por qué perdiste tu primera serenidad?
¿Qué ángel malo se paró en la puerta de tu sonrisa
Con la espada en la mano?
¿Quién sembró la angustia en las llanuras de tus ojos como el adorno de un dios?
¿Por qué un día de repente sentiste el terror de ser?
Y esa voz que te gritó vives y no te ves vivir
¿Quién hizo converger tus pensamientos al cruce de todos los vientos del dolor?
Se rompió el diamante de tus sueños en un mar de estupor
Estás perdido Altazor
Solo en medio del universo
Solo como una nota que florece en las alturas del vacío
No hay bien no hay mal ni verdad ni orden ni belleza

¿En dónde estás Altazor?

(...)

sábado, 15 de noviembre de 2008

Del libro “Cartas escogidas”
Hermann Hesse

A Emmy Ball-Hennings
Zurich, 1928

“(...) Al fin y al cabo, la gente de nuestra clase no hace ni ha hecho otra cosa en todo el tiempo que pedir por los medios más desesperados y en los lenguajes secretos más complicados del mundo un poco de amor y comprensión, pues a pesar de toda nuestra desesperación y nuestros fracasos conservamos aún en un rincón del corazón la creencia de que la música que hacemos tiene sentido y proviene del cielo (...)”